jueves, 18 de abril de 2019

SÉPTIMA PALABRA: MI ESPIRITU EN TUS MANOS ENCOMIENDO Lucas 23:46



LAS ROCAS, ENTRE TANTO, SE PARTÍAN
EL SANTO VELO DEL TEMPLO SE ROMPIÓ
CUAL SI VIVIENTES SERES SENTIRÍAN
LA AGONÍA DE AQUEL QUE ASÍ MURIÓ

LLEGÓ LA NOCHE Y CON SU NEGRO MANTO
A LA NATURALEZA ENTERA LA VISTIÓ
PORQUE MURIENDO ESTABA EL HIJO SANTO
EL MISMO DIOS QUE TODO LO FORMÓ

EL HOMBRE SOLO QUEDA INDIFERENTE
A TAN GLORIOSA OBRA REDENTORA
NO COMPRENDE EL NECIO E IMPRUDENTE
QUE ESA OBRA SERÁ SU SALVADORA

DEL ESPANTOSO CUADRO EN EL MADERO
ACORDARME NO QUIERO SIN PENSAR
QUE EN ESE CUADRO REDIMIÓ EL CORDERO
 MI POBRE ALMA DE TODA SU MALDAD

EL CUERPO FRÁGIL QUE VISTIERA EL HIJO
YA DEJÓ DE SENTIR EL SUFRIMIENTO
ENTONCES FUE CUANDO EL CLEMENTE DIJO:
“MI ESPIRITU EN TUS MANOS ENCOMIENDO”





SEXTA PALABRA CONSUMADO ES Juan 19:30






Las músicas del cielo tocan dianas

Los mundos prosiguen su carrera,

Las torres tocan sus campanas;

Y el pobre mortal contento se recrea.



Acaba de sonar la ultima hora

Las nubes dejan de volar,

Una sola palabra selladora;

Con ella el Salvador ha de firmar.



Los astros se paran asombrados

La obra redentora está por terminar,

Los hombres están desconcertados;

Y las estrellas dejaron de brillar.



Todos suspenden sus labores

Y se escucha un silencio abrumador,

Los jardines no exhalan sus olores;

Y el sol no pudo prestarles su calor.



Todo es expectación por un momento

Alguien detiene la función terrestre,

No hay un ave que cruce el firmamento;

Y el negro manto cubre lo celeste.



¿Qué sucede? ¿Por qué calla y enmudece?

¿Quién tiene tanto poder para ordenarlo?

El sol, la luna y astros le obedecen;

Y nadie, lo aseguro, osará estorbarle.



Vino la oscuridad, parece noche,

Y Dios esconde al Hijo sacrosanto,

Para cerrar con oro el primoroso broche;

Que salvará al mundo del espanto.



Una palabra más la humanidad espera

Sin ella el Salvador no cumpliría,

La salvación que antes ofreciera;

Y el mundo pecador, se perdería.



Aquí me paro extasiado, a contemplarlo todo

Tan magna obra que por mi hiciste,

¿Quién es el hombre, hecho de lodo

Que obstinado, en su maldad resiste?



El sacrificio perfecto há terminado

No es necesario hacerlo otra vez

¡Gloria a Dios, el mundo está salvado!

He aquí el sello: “Consumado es”.


QUINTA PALABRA SED TENGO Juan 19:28




Señor, yo te contemplo anonadado,
Te veo viajando en la espumosa nube,
A la tierra camino le has marcado;
Y el bello sol a tu mandato sube.

Las obras manifiestan tu potencia
Los astros con su brillo nos indican,
Tu poder, majestad y omnipotencia;
Y a tu impulso, obediencia verifican

El jefe de los mundos en el orbe,
En quién y por quién todo gravita,
El que ejecuta sin que nadie estorbe;
De un poco de agua ahora necesita.

El que hace flotar las nubes en el viento
Y que guiarlas puede a donde quiere,
Cual mansas bestias las cruza el firmamento;
Y cuando tiene sed de ellas bebe.

El que hace correr el manso rio
Y que desborda el gran torrente,
El que al invierno manda dar el frio;
Se inclina suplicante ante la gente.

A dar agua se niega el manantial
Y las nubes se paran en su vuelo,
El rocío refrescante y matinal;
Ha dejado de mojar el desolado suelo.

Ya la fiebre delirante, abrumadora
Del Señor bendito hace presa,
Espera por si una mano bienhechora;
Su santa boca, compasiva, le refresca.

Pedir agua, Señor, ¿será posible?
A mi pregunta respuesta no tengo,
Entonces el Señor exclama en voz audible;
Le oyó la multitud: “Sed tengo”

CUARTA PALABRA DIOS MIO, ¿PORQUE ME HAS DESAMPARADO? Marcos 15:34






Todo era odio y egoísmo fuerte

Nada a su favor se presentaba,

La muerte se acercaba lentamente;

Y más martirio al Salvador le daba.



Pobre Señor en todo escarnecido,

Solo en la cruz pagando nuestra cuenta,

Pero el pobre mortal no ha comprendido;

Cuánto pesa la cruz sobre la cuesta.



Esa cruz sagrada del calvario

Donde no esquivo dolor ni sufrimiento,

Se enfrentó valiente al adversario;

Sin excusas, sin más remordimiento.



¿Dónde está la grande multitud

Que se agolpaba para oírle predicar?

Tan solo El aparece allá en la cumbre;

Y el mismo Dios se le negó a mirar.



Solitario cual invicto caudillo,

No se arredró ante el gentío indiferente,

No le espantaron los golpes del martillo;

Ni le agobiaron las espinas en su frente.



En aquella condición horripilante

Y ante tanto dolor anonadado,

Clama el Señor tierno y amante:

“Padre mío, ¿porque me has desamparado?”












TERCERA PALABRA MUJER HE AHÍ TU HIJO Juan 19:26-27





Es el Señor que muere atormentado,

Por causa de un mundo sin amor,

Su cuerpo santo, vedlo ensangrentado;

Así convenía, bendito Salvador.



El Señor convivió con los mortales,

Y sufrió las mismas privaciones

Pues El conoce todos nuestros males;

Pues El conoce las negras tentaciones



Amó a las gentes con amor profundo,

Y a ellos esparció bendición a manos llenas,

Dio vista al ciego, sanó al moribundo;

Rompiendo del pecado las cadenas.



Cada paso que dio en esta senda

Sangró sus bellos pies con los abrojos,

Y llevó en la cruz toda una afrenta;

Sin verter una lágrima en sus ojos.



Señor, te adoro por tu amor mostrado,

Te adoro porque así te lo mereces,

Apuraste la amarga copa del pecado;

Del oprobio llena hasta las heces.



Tu gran amor no olvidó a las criaturas,

Que quedaron en este malo suelo,

Hiciste un encargo lleno de venturas;

Que reflejaba la bondad del cielo.

Oyó la multitud encargo tan amable

Que alguien acató con fiel prodigio,

A él: “Hijo he ahí tu madre”

A ella: “Madre he ahí tu hijo”

SEGUNDA PALABRA: HOY ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO Lucas 23:43






La obra redentora del creador,

Con sublime amor nos está mostrando

Que nada hay comparable a su santo amor,

Y que en la cruz muriendo, está salvando.



Salvando al pobre pecador que gime,

Cansado por el yugo del pecado,

Y que clama al que salva y que redime,

Aunque en la cruz con el está clavado.



Así lo dijo el pecador contrito,

Cuando al pecado principio muriendo,

Muy diferente al otro que convicto,

Muere en pecado escarnecido.



Ya en la cruz nuestro Señor está salvando,

Al que se allega a Él con fe sencilla,

Su fuente al brotar está lavando;

Al que abrumado en su pesar se humilla.



Estas muriendo para dar perdones,

Y te has hecho acreedor al pecado ajeno,

Nosotros somos viles pecadores;

Señor, acuérdate cuando vengas en tu reino.



No se hace repetir esa plegaria

Que al señor amante satisfizo,

¿Oyó el penitente respuesta imaginaria?

“Hoy estarás conmigo en el paraíso”

PRIMERA PALABRA “PADRE PERDONALES PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN” Lucas 23:34





Por fin sonó la última campana,

Que señalaba el fin de una carrera

Un populacho con ardiente saña

Gritaba con ardor: ¡Que muera!



Era Jesús de Nazaret el justo

Que ha esparcido bienes por la tierra

Pero… ¿Qué ha hecho que causa tanto insulto?

¿No ha repartido bendiciones por doquiera?



¡Muera! Repite el griterío,

Que atolondrado por el vil pecado,

Le escarnece y escupe el gran gentío,

Le suben a la cruz, ya está clavado.



Clavado ya, el bendito Salvador eterno,

Y todo por causa de mi alma,

No tuvo valor para ti el cielo,

Lo dejaste todo, con humilde calma.



Yo que ahora todo lo comprendo,

Y que del sacrificio vil entiendo ya sus faces,

Con razón decía el Salvador muriendo:

“Padre perdónales, no saben lo que hacen”

LAS SIETE PALABRAS


"Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la Puerta" Hebreos 13:12

Aquel Viernes doloroso como a las 9:00 de la mañana, después de que Pilato entregó a Jesús Nazareno al pueblo que pedía muerte, el divino Maestro, arrastrando el pesado cadalzo, salió fuera de la ciudad como el mas vil malhechor llevando la maldición y la ignominia de todo el género humano.

Todas sus santas doctrinas y aún aquel "Gran Sermon de la Montaña" parecía haberse echado al olvido; sin embargo, ahora ya no desde las gradas del templo, ni al pie de la montaña, tampoco a la rivera del mar; sino desde el cruel madero, como un sublime púlpito levantado entre el cielo y la tierra, el divino maestro se prepara  para entregar no solo a su pueblo, pero a la humanidad entera LOS SIETE MENSAJES MAS GRANDES conque dejó concluido y sellado su ministerio terrenal.

Las siete palabras que Cristo pronunciara desde la cruz puso un toque de perfección a todas sus doctrinas, y un sello de garantía a su obra vicaria de redención. 

Es por eso que estas siete palabras jamás envejecerán, jamás perderán su valor para el hombre. 
A través de los siglos, en todas las latitudes de nuestro mundo y desde todo púlpito se repiten estas siete palabras que cada vez llegan a nuestros oídos como una musica celestial, y a nuestras vidas doloridas como un bálsamo divino.





RESUMEN DE LAS SIETE PALABRAS



Siete palabras en la cruz al mundo dieron

Un ideal de bellas esperanzas,

A cada corazón regocijo le trajeron;

Y un noble recuerdo de santas remembranzas.



Y aquí están, pues ellas satisfacen,

Así el Salvador lo quiso,

“PADRE PERDONALES, NO SABEN LO QUE HACEN”

y “HOY ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO”.



Y después a los que amaba dijo:

Aunque a la gente a su pesar alarde

A ella dijo “MUJER HE AHÍ TU HIJO”

A el: “HIJO HE AHÍ TU MADRE”.



Y no faltó en ello su merced,

Pues el Señor no está desesperado,

Dice con gran necesidad: “YO TENGO SED”

y “PORQUE ME HAS DESAMPARADO”.



¿Abandonarlo el Padre? no comprendo,

Pero así sucede en esa vez,

“MI ESPIRITU EN TUS MANOS ENCOMIENDO”

El fin ha sonado, “CONSUMADO ES”



Escrita por: Manuel Bustamante