viernes, 13 de agosto de 2010

SALMO 19



Señor:
Si un día emitiendo palabras a otro día
y aún la noche proclamando sabiduría,
sin voz audible, en silenciosa algarabía;
van anunciando al universo tu autoría.

Aún el astro rey cursando el firmamento
como esposo saliendo del tálamo nupcial
con sus tibios rayos, despierta soñoliento;
acariciando al simple hombre mortal.

Tu ley perfecta es quien convierte el alma
quien hambrienta halla en ella su sustento
Tu testimonio fiel infunde solaz y calma
y al sencillo otorga sabiduría, paz y aliento.

Tus preceptos puros y eternos pronunciaste
esperando ver en tus criaturas convicción,
tus juicios justos y verdaderos aplazaste;
proveyéndonos vía de eterna salvación.

Señor, libra mi alma de pecado oculto
preserva mi vida de soberbia cruel,
que al mundo quiero estar sepulto;
quiero vivir para ti y así morir a él.

Que la meditación de mi corazón te adore
y las palabras de mi boca sean de tu agrado,
que en todo tiempo este santo a tí ore;
porque tú eres mi roca, y mi redentor amado.


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