lunes, 24 de septiembre de 2012
BENDITA CRUZ
Enredada en mi dolor jadeante de amargura
Regresaba pasos que jamás debí haber dejado
Pensé que mi justicia era la correcta
Creí que mi mano cegaría mi dolor
Helando de soledad mi corazón
Hasta aquel día que recordé
Que tú me amabas
Aquel día que recordé que tú me amabas
Que jamás me perderías,
Que nunca me soltarías
Cargada de dolor llegué a tu cruz
Con vergüenza no podía mirar tu rostro
De pronto sentí un único calor
Que lograba desleír mi hielo
Era esa sangre fluyendo del calvario
Penetraba como espada en mi alma
Hería y quebraba mi orgullo
Quemaba los canceres malignos
Que a mi vida amenazaban
Llevándose todo en su cruel muerte.
Dina Ode Rodriquez
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