miércoles, 26 de septiembre de 2012

JESUS, EL MESIAS!


Pequeño e inocente, inofensivo te veían,
tu carne perseguían mas tu proposito aún no se cumplía
crecías en estatura y en sabiduría
veías y comprendías, como un humano tu vivías
sentías la muerte llegar, la hora de tu sangre derramar
mas tu boca no abrías, un silencio solo se oía


...Todos te seguían, mas no todos te creían
todos te aclamaban, mas no todos te amaban
algunos te aceptaban y otros te rechazaban
tu santidad buscaban a causa de su dolor
su conveniencia mirabas mas no su corazón
dispuesto a darlo todo, la hora se acercaba


  ...Y el momento en el que el peso del mundo tu cargabas
lagrimas de sangre derramaban de tus ojos
sólo tu sabías como iba a ser tu despojo
observabas desde lejos con tristeza y con dolor una cruz olvidada
pero algo mas fuerte que eso te hacía olvidar el temor
ya nada importaba el momento había llegado


Los que creían y los que no,
los que te amaban y los que te odiaban
aquellos dispuestos a darlo todo y los que tu mal disfrutaban
tus hermanos, tu madre y un romano observando
todos en escena esperaban que tu voz se escuchara!!


PADRE POR QUE ME HAS DESAMPARADO?
PERDONALOS POR QUE NO SABEN LO QUE HACEN...
EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU..


Y solo en instantes...sangre derramar y el silencio escuchar a un inocente clavar y cadenas quebrantar y el sueño se cumplía al ver tu muerte llegar

de jesús el MESIAS nuestras vidas perdonar!!


Nidia Flores 

lunes, 24 de septiembre de 2012

BENDITA CRUZ


Enredada en mi dolor jadeante de amargura
Regresaba pasos que jamás debí haber dejado
Pensé que mi justicia era la correcta
Creí que mi mano cegaría mi dolor
Helando de soledad mi corazón

Hasta aquel día que recordé

Que tú me amabas
Aquel día que recordé que tú me amabas
Que jamás me perderías,
Que nunca me soltarías

Cargada de dolor llegué a tu cruz

Con vergüenza no podía mirar tu rostro
De pronto sentí un único calor
Que lograba desleír mi hielo
Era esa sangre fluyendo del calvario

Penetraba como espada en mi alma

Hería y quebraba mi orgullo
Quemaba los canceres malignos
Que a mi vida amenazaban
Llevándose todo en su cruel muerte.


Dina Ode Rodriquez